La bella Cantabria, ‘entrando en el Camino’ : Güemes
Estos días aparte de atravesar la bella Cantabria, han sido circunstancialmente, días de intenso contacto social.
Si alguien conoce algo sobre el Camino del Norte, seguramente le suene éste nombre: Güemes.
Volvemos al 5º día. Me encontraba sentado en la hermosa Plaza del Pilar, de Zaragoza, cuando se me abalanzó una pareja con gran entusiasmo! – «Eh tioo, haces el Camino..?» Estuve charlando con ellos mucho rato, encantadores. De lo que más me llamó la atención es que apenas me empezaron a hablar me dijeron… tienes que ir a un sitio, apúntalo: Güemes. No lo había oído nunca, pero bien.
Ahí quedó la cosa hasta que volví a toparme con un peregrino… (ya en Cantabria, el primer día) y ya podéis imaginar de lo primero que me recomendó. Todos hablaban maravillas de un tal Padre Ernesto, archiconocido en el Camino del Norte, en Cantabria y en muchos sitios; un personaje que había recorrido el mundo, de talante comunista, fiel creyente en las personas; y también del trato que brindaban en su albergue, donde decían, te hacían sentir como en casa sin importar si tenias o no dinero. Yo sinceramente siempre soy un tanto escéptico y trato de poner en duda hasta lo que yo mismo creo firmemente, pero no negaré que tenía curiosidad por corroborarlo.
No quiero hablaros mucho del lugar, ni enrollarme demasiado; prefiero que lo descubráis y os invito a hacerlo, pero ése y todo el Camino del Norte. No soy amigo de venerar nada ni a nadie pero Güemes es un lugar donde verdaderamente se cree en las personas y si encanta a la gente y llama tanto la atención es porque tristemente quedan pocos lugares así.
Y así es, como me contaron, en el albergue más famoso, «el mejor que hay» (decía el encargado de otro albergue en el que estuve); en Güemes tuve la suerte de pernoctar sólo. En un lugar donde han pasado 7000 personas, donde sólo durante el verano pasado (en 3 meses) pasaron más de 3000 personas (todo el mundo quiere ir a Güemes), donde en un dia de verano puede haber 100 personas, pude pasar casi un día y tener la oportunidad de conocer y hablar y compartir plato, mesa, pan y vino con los excelentes voluntarios que allí trabajan y que no dejan a ni una persona sin comer, cenar o cama (y bien), sin requerir nada a cambio. Omar su pareja y su niño, Paco, Juan, Antonio… y el Padre Ernesto, con el que tuve ocasión de charlar y conocer tranquilamente.
No me marcho para huir de las cosas, sino para ir hacia ellas
Ese es mi caso, mi historia, mi frase, pero no la de mucha gente.
No quiero enrollarme más sobre el tema, pero en ese lugar una de las personas que más conocí (no diré su nombre), era una historia demoledora. Un entrañable cascarrabias de 60 años, que le cuesta abrirse, de aspecto y habla dura, rudo pero que esconde gran corazón, el cual como muchas personas ha tenido que dejar absolutamente todo, absorbido por la sociedad y el gremio de la construcción, inundado en deudas, obligado a vender todo para pagar a su gente, desahuciado de su casa y tirado literalmente en la calle, sin família y sin absolutamente nada, sólo deudas. Cogió su bicicleta, lo único que tenía, y se fue a buscar oportunidades «por el Camino» a dar todo lo que pueda por un plato de comida. Aquí trabajando de voluntario, le ofrecieron dignidad, ser uno más, comida y cama.
No profundizaré más porque hay bastante más drama detrás; pero para mí «estos», que no tienen salas llenas de fotos ni placas con sus nombres, sin desmerecer a nadie, son los verdaderos ejemplos de valentía.
En fin, me he enrollado y es un tostón de leer seguramente, pero fastidia que gente que lo tiene o que tenemos todo, que tiene comida cada día, pierda el tiempo lamentándose por gilipolleces.
Cantabria
Castro, Suances, Laredo, Santillana, Comillas, San Vicente…. Si alguien cree que conoce la Península sin situar estos nombres está muy equivocado.
Ya los conocía todos, de dos o tres veces, pero sinceramente, «el camino» te brinda la posibilidad de recorrer parajes inaccesibles en coche. El que más me impactó fue el de la cabecera, entre Galizano y Somo, pegado a Santander, 4 o 5 km de senda que transcurre a uno o dos metros de esos majestuosos acantilados.
También me encantó conocer algo del interior cántabro, tan verde como la costa, y con pequeños pueblos entre pastos y vacas.
Dormí en la bella Castro y en la preciosa Comillas (vivaqueando donde se pudo) , donde el dueño de un céntrico bar me explicó algo de su historia y su vínculo con Catalunya, venidero de que el importante marqués de Comillas emparentara con una catalana. A raíz de ello surgieron las relaciones con ilustres como Gaudí, que tiene en la población, un «capricho», su única construcción fuera de Catalunya.
‘Sucesos’ mecánicos
Vamos a llamarlo así, porque la palabra problema queda lejos del contexto, pero la verdad que todo se ha dado esta semana, en fin, a eso venimos, a aprender!
- Llegando a Bilbao, me di cuenta que faltaba un tornillo del transportin! 😯 Debía de ir flojo. Tras unos instantes de pánico, jaja, y un apaño con bridas, seguí la marcha hasta que justo antes de entrar a Bilbo los cracks de la tienda Bikezone.net me echaron un cable y me dieron un par de tornillos amablemente.
- Desde una caída determinada de la purita, iba escuchando un ruidito en la rueda trasera, al dia siguiente de Bilbo me dió por revisar y vi varios radios traseros flojos. Como apretarlos a mano de poco servía, aproveché al ver una tienda de bicis en Castro Urdiales. El crack de Angel, me lo ajustó en un periquete por un módico precio. A su vez tuve un buen rato de charla con un vecino, unos cracks.
- La avería «más chula» fue por un carril bici saliendo de Somo, Santander. Había unos pivotes centrales, pasaba sobrado pensaría y así fué, pero justo pasar oí un CRACK .. Era mi alforja izquierda al golpear cn el pivote se partió el soporte que la cuelga al transportin. Buffff! 🙁
Pero ahi estaba el destino… O la inevitabilidad (me gusta más), para que todo sucediera en la puerta de don Juan Goitia… Pintor, artista y mejor persona. Me hizo entrar en su casa junto a su mujer, me arregló la pieza rota en su taller taladrando otro agujero, me dio botellas de agua nueva, y con jna modestia ejemplar me contó algo sobre sus obras entre una magnífica charla. Sin palabras.
Por cierto una obra suya es finalista en los premios Max de teatro, (más importantes a nivel nacional), mucha suerte.
Me despido con la sonrisa pícara que me da… la joya de la Península , mi ojito derecho y el de muchos… desde su alfombra roja, un abrazo.
Puxa Astúries!
M’esta entrant mono d’atacar aquest cami…
🙂
No te arrepentirás y lo sabes!
Buena entrada al blog, Dani. Se te va a hacer corta la ruta. Cuando llegues a destino, yo de ti cruzaba el charco. Seguimos acompañándote 😉
Sin duda leer cada unos de tus post es un empujón más para lanzarse a la aventura. FAN Nº1
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